De milagros...

... va la cosa.

De tus labios y su regalo constante.

De caricias sin pedir, pero igualmente anheladas.

De las conversaciones de piel, en las que las palabras se hacen absurdas, innecesarias, un estorbo.

De tu abrazo fuerte, muy fuerte, como intentando que no me vaya nunca, que dure siempre ese instante.

De tu carita de felicidad, sumida en un sueño hermoso.

De tus ojillos brillantes, tus pequeños "piques" y esa forma de arreglarlos... que los difumina en un instante.

Del preludio, de la trama, del desenlace.

Hoy soy más nube que persona, y algo más humana y llena... que ayer.

Gracias por todo.