jueves, 21 de junio de 2007

Sentido

Las palabras se despliegan en cadenas interminables en mi cabeza.
Voces que nunca callan repasan, una y otra vez, la historia de mi vida.
Se mueven, unas veces seguras, otras confusas y tambaleantes por las carreteras de mi mapa personal, comentando lo que ocurrió, lo que pudo ser, lo que podría cambiar.

Se entretienen en los oasis de felicidad y sonrisas. Y, otras veces... en los charcos de lágrimas, de la infelicidad, de lo que se perdió y ya no podrá volver...

A veces sonrío por lo que fue. Lo que sentí. Lo bueno de cada momento.

Los saboreo, me entretengo en su suave tacto aterciopelado, como es el de cualquier recuerdo hermoso... el de cualquier experiencia que te llena, eleva y cambia. Para bien.

Pero supongo que todo nos puede cambiar para bien.

Lo bueno, porque te enriquece, te llena de energías y te hace plena durante los instantes que dura. Porque otorga un sentido a tu vida. Porque te da lo que buscas siempre, eso que llamamos felicidad.

Lo malo, porque también te enriquece, y mucho, si eres capaz de soportarlo. De sobrevivir a la experiencia. De aprender algo nuevo. Entonces tienes que aprender a aguantar o a cambiar la situación. A volar sobre el problema y ver más allá. A no rendirte.

Caminar para sonreír y hacer sonreír. Seguir caminando y, cuando tropieces... levantarte de nuevo, curarte las heridas, hacerte un vendaje si hace falta... y dar otro paso.

Y así siempre.

Supongo que eso es la vida. Luchar por ser feliz.

[...y la rueda de las palabras empieza a girar...]

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