Del año 10 al 11

Suma y sigue. Y aunque sea casi una imposición de forma más o menos consciente lo de hacer el balance cada vez que se acaba un año y, para los estudiantes, más aún porque las cosas cambian poco entre diciembre y enero (más bien lo hacen en septiembre), he llegado a la conclusión de que cualquier oportunidad para hacer balance es buena. Más que nada, porque últimamente me pasa algo que antes no me ocurría, que me parece que la vida pasa demasiado rápido, que tomo muchas decisiones y otras tantas cosas ocurren casi sin que me de cuenta, casi sin que me rocen y el mundo cambia y cambia y cambia... Y me siento algo desorientada. Por eso aprovecho este momento de calma para clavar una bandera en el suelo y echar cuentas de lo ocurrido, bueno y malo, de cómo se presenta lo que está por venir, de cómo me siento, de cómo (creo que) he cambiado.

Algo que se quedó a medias... acabó del todo. Y así firmé ese contrato invisible que dice que estoy "soltera", eso que al principio se te presenta como con letras doradas (una vez te recompones) y como un camino rodeado de puertas entrabiertas por las que se cuela una luz y música celestial, ese aroma de libertad, ese universo de posibilidades. Una vez superado el "subidón", te das cuenta de que es más de lo mismo. Que tienes trabes con pareja o sin ella, que no es tan fácil encontrar a alguien que te aguante y, sobre todo, que tú aguantes y desees aguantar. Alguien que te atraiga y enamore y, a su vez, te de algo a cambio, que no te ignore, vamos. La soltería es la "jungla" y, al igual que estar emparejada, tiene cosas buenas y malas, sólo que diferentes. Es una parte de tu vida en la que vuelves a ser consciente de todas tus inseguridades (ooooh el famoso miedo al rechazo!) y tu timidez. De ese (nuevo) miedo al compromiso, cuando antes te tirabas a una relación casi con los ojos cerrados (en realidad no tanto xD, pero en cierto modo lo buscaba). Y... bueno, que es un mundo complejo. Pero no se está tan mal. Al menos los trabes y las neuras son tuyos y, en cierta medida, los entiendes mejor o no te cogen por sorpresa.

Algunas personas han pasado dejando su esencia y... parece que no se quieren ir del todo de mi vida tampoco. Pero si hay algo importante que he aprendido es a decirme a mí misma "shhhh!!! quieta!!" cual yegua descarriada (xD) porque soy un nervio, me entra la impaciencia y me pongo nerviosa yo sola. Todo a su debido tiempo. "No por mucho madrugar amanece más temprano", las cosas salen bien cuando les corresponde hacerlo, no porque a tí se te llene la cabeza de neuras y el corazón de taquicardias. En estas cosas. Pero también en general.

Algo realmente novedoso de este año es esta pequeña incursión en el mundo de la música que tanto me ha llamado desde chiquitita y que me hace muchísima ilusión, así como también me da pánico y ansiedad escénica. Pero volvamos a la parte de la ilusión. Y a que se empieza con pasos chiquititos. Será un concierto íntimo, agradable, en un local chiquitito y bien introducidos por un cantautor que respeto y me cae muy bien :) En el fondo no hay tantos motivos por los que tener miedo. Es hacer lo mismo, una vez más, pero con micro. Y, como yo digo, la inyección de adrenalina necesaria para movernos, cambiar todo lo que no nos gusta de las canciones, terminar algunas que nos encantan.

En cuanto a la medicina, también estoy satisfecha. No he conseguido la beca, aunque me esforcé un montón, pero como dice la cita "el premio del trabajo bien hecho, es más trabajo bien hecho", algo se nota. De hecho, se nota mucho. He descubierto que sé muchas más cosas de las que creía, soy menos tímida en prácticas y pregunto las cosas que se me ocurren (o al menos mucho más xD). Me siento más suelta y siento que he aprendido y sigo aprendiendo y que tengo muchas ganas de hacerlo y, en el fondo, ganas de ser médico también. Que me involucro por algo. Que no me equivoqué eligiendo mi carrera.

Mi propósito de año nuevo se reduce a una palabra: Optimismo. Reforzar esos argumentos que votan porque las cosas te salgan bien, implicarme en mis problemas para resolverlos mejor y quejarme menos y permitirme el lujo de vez en cuando de autoengañarme con un "todo saldrá bien" porque, a veces, realmente las cosas salen bien. Sólo hay que atreverse a ir más allá del intento.

Cierro esta revisión de mi año con Belén Arjona y su "Si no estás" porque es, probablemente, la canción que más veces haya tocado con la guitarra y le tengo un cariño especial. Para empezar el año con energías y porque, sí, todo puede salir genial.

¡Besos, abrazos y feliz año a todos!


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