Este es uno de los campos más activos de investigación en neurología actualmente y, también, el "eslabón perdido" entre la neurología y la psicología y psiquiatría. Tanto es así, que le valió el premio Nobel a Eric Kandel en el año 2000.
Explica cómo, por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual puede funcionar. Que no somos "sólo" lo que somos ahora, que por los motivos adecuados y con ilusión, podemos aprender cosas nuevas que nos complementen y nos conviertan en personas más felices que puedan comprender cada vez mejor el mundo que les rodea y sus relaciones con los demás.
Las neuronas son células. Tienen un tamaño minúsculo, solo visibles al microscopio (al menos las del ser humano, las de los calamares llegan a tener 1 mm de diámetro). Pero lo que las hace tan especiales es que tienen muchos "brazos", llamados axones, que les permiten relacionarse unas con otras. Es aquí donde está la clave. Nuestra inteligencia y nuestra adaptación al mundo dependen de la gran "red neuronal" que hay en nuestro cerebro, de la complejidad de sus relaciones entre sí y no de la cantidad de neuronas. Y al aprender cosas nuevas ellas se relacionan más y mejor entre sí, haciendo la red más tupida.
De todo esto se desprenden algunas cosas curiosas:
- La estimulación temprana en niños con retraso mental o algún problema en su desarrollo (entre 0-6 años) permite que su inteligencia aumente mucho y puedan integrarse de forma normal o casi normal.
- Seguimos aprendiendo toda la vida, aunque el envejecimiento cerebral al final lo va haciendo más lento.
- Podemos ser "lo que queramos ser". Es cuestión de motivación. Las ganas de aprender algo es lo que lo relacionará con la base, nuestra personalidad, convirtiéndonos en personas más ricas y complejas. Podemos convertir lo que nos hizo daño en la oportunidad de "ver más allá", permitiéndonos superar traumas y pérdidas a lo largo de la vida.
- La actividad mental y física y las experiencias estimulantes e interesantes para nosotros protegen a nuestro cerebro del envejecimiento.
- Según un estudio reciente que comparaba ancianos músicos con no-músicos, la música protege también frente al envejecimiento del cerebro y potencia la memoria y el lenguaje.
En fin, que la plasticidad neuronal explica la importancia de la rehabilitación en pacientes psiquiátricos, la educación en niños con problemas de aprendizaje y, muy importante, que podemos dar mucho más de nosotros mismos de lo que creemos. Se trata de no autolimitarnos ya que pensar que "es posible" nos abre la puerta a aprender mucho sobre nosotros y los demás, descubriendo un mundo más grande y estimulante.
"El estudio y, en general, la búsqueda de la verdad y la belleza conforman un área donde podemos seguir siendo niños toda la vida" (A. Einstein, 1979)
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De interés:
La música tiene impacto en el envejecimiento cerebral (picar)
Eric Kandel: el cerebro, la conciencia y la memoria (picar)
BSO: Primavera - Ludovico Einaudi
1 comentario:
La plasticidad neuronal, el poder crecer, es un gran regalo de la vida :D
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